El Departamento de Física de la Universidad de Iowa posee una colección de archivos de audio que contienen «sonidos del espacio exterior». Han sido recogidos por diferentes sondas a lo largo de la exploración espacial, y nos permiten escuchar sonidos provenientes de lunas, planetas e incluso desde el límite exterior del Sistema Solar.
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Todos hemos visto fotografías del espacio de otros planetas o lunas de nuestro Sistema Solar. Incluso se han grabado vídeos de gran calidad de varios rincones del espacio. Pero pocas veces tenemos la oportunidad de oír los ruidos de esos lugares remotos. En la Universidad de Iowa han diseñado un buen porcentaje de los instrumentos que han viajado al espacio a bordo de distintas sondas espaciales, muchos de ellos destinados a de detectar ondas radioeléctricas. Esto le ha permitido a Donald A. Gurnett, profesor de Física y Astronomía de la Universidad de Iowa, a lo largo de los últimos 40 años, tener una gran colección de sonidos del espacio y ponerla a disposición de los internautas en el sitio web de la Universidad.
Obviamente, la ausencia de aire hace que el sonido sea imposible de transmitirse por el espacio. El trabajo de Gurnett en realidad ha consistido en tomar las lecturas de varios instrumentos, en general señales que se encuentran en el rango de las microondas, el infrarrojo u otras bandas electromagnéticas, y convertirlas en sonido para que puedan ser escuchadas. La primera vez que lo hizo fue en 1962, lanzando un receptor de ondas de plasma la órbita terrestre. El profesor explica que hay zonas, como las situadas alrededor de los planetas, en donde las ondas de plasma se transmiten de la misma forma que las ondas de radio, pero que son posibles captar con un receptor muy sensible.
SILBIDOS Y COROS
La intensidad del campo magnético que se está registrando influye mucho en el sonido que -luego de la indispensable conversión- se podrá escuchar. «Los planetas con campos magnéticos más potentes son la Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. En el polo opuesto se hallan Venus y Marte. No sabemos mucho de Mercurio y Plutón. Cuanto más intenso es el campo magnético, más grande es la variedad de sonidos que produce. En la Tierra se aprecian diferencias debido a la contaminación producida por las transmisiones de radio humanas, que también producen ondas de plasma».
El profesor Gurnett ha clasificado los sonidos disponibles en tres grandes familias. En primer lugar se encuentran lo que él llama «silbidos»: son producidos por relámpagos y se escuchan principalmente en torno a la Tierra. El segundo tipo son los «coros», algo que suena como el canto de pájaros, y que pueden registrarse sobre todo cerca de la Tierra y de Júpiter. Por último, las emisiones de radio de las auroras «emiten un sonido robotizado que he llamado 'R2D2', y se escuchan en torno a los planetas Tierra, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno», explica Gurnett. Más allá de la forma en que las clasifique, estas señales resultan muy interesantes.




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